Me sumergí. Mi sangre. En agua pura. Azulísima.
Exterminé el hongo de los años que crece en el azulejo de la memoria. Asfixié.
Mi muerte cuenca. Mi muerte todas las orillas. Pato purificado nada sobre la
superficie. Espuma de mi cuerpo. Tienen miedo mis padres de entrar al baño y
mojarse más que los pies. Miedo sus ojos. Sus manos de descorrer la cortina y
sacar el dolor del agua. Tan oscuro. Hallarme. No a mí. La muerte. Un océano. Mi
nuevo mundo.